20.6.19

Descansa en Él



Durante estos últimos días he estado enfermo, me quedé en casa por esta razón y desde ayer quería escribir algo al respecto pero no encontraba la concentración adecuada, de manera que me fue muy difícil concretar una idea que pudiera transmitir como lo deseaba, he tenido fiebre y malestar general por alguna infección en la garganta, esto me llevó a estar en cama pero debo confesar, la cama era un desastre, hacía calor, luego frío, luego estaba húmeda, luego demasiado incómoda, llegué a sentirme más cansado que cuando me acosté, era como si hubiera apilado un montón de fierros y dormido sobre ellos, sin una posición de comodidad, durante la noche no podía dormir y despertaba sofocado y en el día sudaba hasta empapar mi ropa. Así pues, descubrí que el problema no es la cama, el problema soy yo.

¿Cuántas veces has sentido que todo a tu alrededor está mal? Estoy seguro de que en muchas ocasiones te ha pasado, ahora hablamos el mismo idioma; muchas veces sentimos que las cosas no son de nuestra comodidad, las finanzas no anda bien, la situación emocional o sentimental nos tiene preocupados, la relación en la familia está en declive, pero deberemos aprender a decir, “el problema no es la cama, soy yo”; y es que la enfermedad que he tenido me sirvió para entender que la vida del cristiano muchas veces está así, esperamos a que venga Dios a resolver las cosas no como un doctor sino como el genio de una lámpara, es como si le pidiéramos en medio de la enfermedad, que cambiará nuestra cama en vez de cambiar nuestro estado físico y Él mismo nos dice –¡yo quiero sanarte!– a lo que respondemos a veces inocentemente o en ocasiones de manera orgullosa –yo lo que quiero es que las circunstancias cambien– es como si no reconociéramos que lo que nos hace sentir mal está dentro de nosotros y bien, muchos no lo reconocemos hasta que es demasiado tarde, muchas veces he escuchado este tipo de argumentos:
-si mi esposo cambiara todo estaría bien
-si ganara más dinero podría diezmar
-si tuviera un mejor carro podría ir a servir a Dios
-si no me cansara tanto en el trabajo, podría ir a las reuniones los domingos
-si no me hubiera hecho tanto daño, si podría perdonarle
-etc.

Los cristianos anteponemos una condicionante a nuestra relación con Dios y con otros, también condicionamos nuestro desarrollo social como hijos de Dios, es decir, intentamos justificar el porqué no nos comportamos según lo que Dios nos pide, queriendo que Dios cambie la situación que vivimos o por decirlo de manera alegórica, solo queremos que nos cambie la cama mientras que lo que está realmente mal lo está dentro nuestro.

Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos;
mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza.
Mateo 8:20

Mientras que pasaba los horas incomodo en mi cama entendí que el descanso físico es importante, pero más allá de eso el descanso espiritual es lo más importante, en verdad si las circunstancias fueran más favorables cualquiera de nosotros podría estar en calma pero en el Reino de Dios la comodidad física solo es vanidad y es añadidura, el descanso en Jesús implica la verdadera conformidad en todo a través de su dominio y poder, es decir, confiamos en Cristo pase lo que pase, teóricamente eso es fácil de repetir; sin embargo y en la práctica es mucho más difícil de lo que se cree, hay que hacer acopio de una gran cantidad de fe para encontrar descanso espiritual, Jesús nos dice claramente que Él es el descanso perfecto

Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados,
y yo os haré descansar.
Mateo 11:28

Entonces no cambiaremos de cama sino que nuestro estado emocional, espiritual y hasta físico debe ser recostado en Cristo Jesús. Así, aunque no cambien las circunstancias, si encontraremos la paz que requerimos. Ya que Él quiere sanarnos y quitar todo lo que nos está dañando por dentro. Para ello hay que quitar todo orgullo y reconocer que somos nosotros mismos quienes requieren un cambio, cuando el Señor obra en nuestro interior y logramos encontrar deleite en su reposo, entonces Dios puede o no cambiar nuestro entorno que para el caso dará igual porque habremos podido descansar en Él y en su amor que transforma nuestros corazones.

Mientras que la gente del mundo busca más comodidad para su vida diaria, nosotros debemos buscar el reposo en Cristo, hoy vemos que los simples buscan más seguridad en sus colonias, nosotros tenemos seguridad en Cristo; vemos a los hombres exigiendo al gobierno recursos y ayudas, nosotros tenemos al proveedor y dueño de todo a nuestro alcance; hay gente exigiendo programas de salud pública y nosotros tenemos al Dios que sanó nuestras dolencias en la cruz del calvario; así, nosotros tenemos a Cristo que es nuestro reposo perpetuo y hay que reconocerlo como tal, hay que saber cómo llegar a Él y descansar.

Nuestra cama no cambiará, lo que debe cambiar es lo que está mal dentro de nosotros y ser limpios de toda enfermedad espiritual, moral y ¿porque no? También física. Quitemos todo argumento o justificación y aceptemos la sanidad interior con humildad y sabiduría como un agente de cambio en nosotros mismos


¡Tu decides! puedes quedarte con la enfermedad tanto como quieras, esperando a que Dios cambie tu situación o puedes descansar en Jesús a pesar de todo y ver como Él viene a sanar todo lo que hay en tu corazón.


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